lunes, 9 de diciembre de 2013













Y yo que te quise tanto y durante tanto puto tiempo,
que fui el poeta nocturno del sufrimiento.
El verdadero enviado de amor incierto,
hoy me has desterrado del prado y vivo en desierto.
Soy el pecado de muerto,
y sin tu amor solo sé niña que muero por dentro.
Pero, a bajo cero, así escribe mi lapicero,
soy el epitafio del vacío amor verdadero.
Me desespero, por mísero y efímero miedo,
mi corazón prisionero, muere entre el hielo
por un sincero te quiero. Muero por ti cada vez que no te siento,
juro que tu amor fue mi aliento.
Y es, tu veneno para mí solo una excusa,
mas sin el jamás te hubiese merecido como musa.
Seré aquel blues que indague bajo tu blusa,
seré poesía que ansia una rima intrusa.
Dime, es imposible dejar de pensar en ella,
con el corazón tan roto como el reino de Pompeya.
La lava no me deja respirar y estoy muriendo
entre las garras del deseo de no tenerte, mi reina.
Y yo aquí como un tonto,
leyendo los mensajes que escribiste cuando me querías tanto,
tanto que el amor se fue lento, lento.


Rapsusklei  'Siempre'