sábado, 28 de septiembre de 2013

El frío no cesa y el calor de su sonrisa va simulando ser cada vez más lejano. No es que nada de lo que fuimos haya cambiado, sigo deseando su tacto, el de sus labios cuando rozan.
Él, que todavía sigue deseando mi sed, puede que también se este perdiendo pero su caos no lo hace débil. No perderé la compostura pero prometo que sin sus besos será difícil, lo haré por  el recuerdo que ese tampoco cesa, y así si nos perdemos sabré que no fue por no hacernos felices.