martes, 7 de enero de 2014

Siempre lo tuve bastante claro en el momento de elegir entre un 'adiós' o un 'hasta pronto'. Los 'hasta pronto' siempre me han llenado de dudas. Será por la probabilidad que existe de que aquello que se despide no vuelva, o por la incerteza sobre cuando volverá. Sin embargo un 'adiós' es claro, conciso, frío y más fácil de olvidar, si, sobre todo es más fácil de olvidar. Un 'hasta pronto' es caótico y muy poco concreto, y no digamos la dificultad que se impone a olvidar un 'hasta pronto', a corto plazo puede ser bonito, pues siempre he observado a la esperanza, hasta el punto de considerarla uno de los más poderosos confidentes de la soledad, dentro de unos límites, pues la esperanza como la paciencia, la calma y la fuerza se agotan y no es fácil olvidar siendo débil por su falta.
De todas formas ¿quien sabe cuantas personas sentirán como yo tío?
Yo he nacido fría y huyo de los sentimientos, quizás es por eso por lo que persigo la estabilidad en cada desorden. No voy a mentir, te prefiero a mi lado que follándote a otra pero por todo lo que fuimos me atrevo a pedirte que si es lo que quieres, evites mi vaivén con un 'adiós'.